Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100438
Legislatura: 1902
Sesión: 19 de Noviembre de 1902
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 55, 1048
Tema: Presentación del nuevo Gobierno del Senado

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra para rectificar.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Yo siento no poder contestar, aunque sea brevemente, a las indicaciones hechas por el señor Conde de Esteban-Collantes y a las antes expuestas por el Sr. Conde de Tejada de Valdosera, pero comprenderán estos Sres. Senadores que ahora no se puede abordar estas cuestiones para resolverlas por completo, por no tener tiempo ni espacio para ello, puesto que se limitan sus palabras a una protesta y ofrecen desarrollar el pensamiento más tarde. Para entonces les aguardo, y entonces verán la sinrazón con que me atacan, y verán qué pocos motivos tienen para hacer los juicios que hacen de mi conducta y de mi veleidad política, porque, después de todo, si examinan estos señores todos mis programas, observarán que todos ellos van a un fin, todos ellos tienen las mismas líneas generales, todos ellos marchan en la misma dirección.

Por lo demás, las sinuosidades que han observado, se observan en toda obra, y yo no hubiera podido realizar lo que en este país he realizado, si me hubiese empeñado en marchar siempre por camino derecho.

Hay que luchar para estas cosas y para estas reformas, con las costumbres, con la tradición, con la Historia y con enemigos muy poderosos para abordarlos de frente. (Muy bien, en la mayoría.) No; no ha habido vacilaciones, jamás, en mi conducta política, respecto a las tendencias que llevo en mi espíritu a ciertas y determinadas soluciones. Ha podido haber reservas, paréntesis, descansos indispensables, descansos necesarios para emprender después la marcha con mayor empuje, pero nada más. Ahora, si a pesar del talento y de la perspicacia del señor Conde de Esteban Collantes y del Sr. Conde de Tejada de Valdosera, no quieren reconocerme esto, ¿qué voy a hacer yo? Digan SS. SS. que tengo veleidades, variaciones, todo lo que quieran; pero, en realidad, en el fondo de su conciencia, yo creo que piensan lo que yo pienso, que desde mi juventud estoy marchando, si no en línea recta, a la misma tendencia, en la misma dirección y al mismo punto.

Pero, en fin, ¿para qué hemos de entrar en este debate, si no hay tiempo de desarrollarlo con aquel espacio que fuera necesario para que cada cual quedara en el lugar que le corresponde? Yo doy gracias a los Sres. Conde de Tejada de Valdosera y Conde de Esteban Collantes, por la deferencia que muestran en dejar al Gobierno que cumpla con su deber en la otra Cámara, y de esta manera me despido, con todo el respeto que a este Cuerpo Colegislador tengo y la profundísima consideración que le guardo y he de otorgarle siempre. (Muy bien, muy bien, en la mayoría.)



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